jueves, 23 de abril de 2009

DIARIO DE UN BEBÉ

Día 1: Hoy nací. ¡Qué alegría más grande haber llegado a este mundo! Veo a mi mamá, sé que me quiere y se preocupa por mí.

Día 1: Mamá, ¿Dónde estás?

Día 1: Mamá, tengo hambre. ¿Y mi leche?

Día 1: Tengo muchos amigos, pero... Mamá, ¿Dónde estás?

Día 3: Un hombre me separa de mis amigos agarrándome y haciéndome daño. Llamo a mi mamá, pero no recibo contestación. Mientras el hombre me perfora las orejas y pinta mi cuerpo. Observo que yo he tenido suerte. A otros bebés se lo están haciendo con un hierro al rojo vivo y les oigo gritar y llorar. Tengo mucho miedo.

Me meten en un cajón, donde estoy horas y horas, mientras veo a mis amigos gritar y llorar de miedo y dolor. Veo como se los llevan, pero me da mucho miedo. No puedo moverme. He perdido la noción del tiempo.

Estamos todos encadenados sobre nuestros propios excrementos. El olor es insoportable. Sigo añorando a mi mamá.

Hoy es mi día. Vienen a por mí. Nos meten en un pasillo en fila. Veo con horror como a los bebés que van delante de mi les disparan entre los ojos y les asesinan. Sé que soy el siguiente. Intento huir, pero me dan descargas eléctricas, y me obligan a caminar hacia delante mientras me chillan y se burlan de mí. Tengo mucho miedo, no quiero estar aquí. Sigo llamando a mi mamá para que me rescate. ¿Por qué permitió que me hicieran esto?

Cuando llego al cajón donde he visto que mataban a mis amigos, el miedo impide que me tenga de pie. Me resbalo y me caigo. Al mirar que ha provocado mi caída, veo con horror que es la sangre de aquellos que hace apenas unos minutos eran mis amigos. El miedo ha pasado a convertirse en pánico.

Veo como un hombre se acerca a mí con una pistola. Me niego a levantar la cabeza. Los demás hombres me dan patadas para que me mueva y así el primer hombre consiga su objetivo.

Horrorizado, me desplomo. Pero mi miedo es aún mayor cuando veo que no me han matado. Sólo me han dejado medio inconsciente.

Cuando veo que piensan que he muerto, haciendo acopio de mis últimas fuerzas, y en un intento desesperado por huir, me levanto. Los hombres hacen que vuelva a caer al suelo pegando mi débil cuerpecito.

Me agarran de las piernas y me ponen boca abajo. Un hombre se acerca a mí y me corta el cuello. Intento en vano respirar mientras veo como la sangre (MI SANGRE) se escapa por la herida que me han hecho.

Otro hombre se acerca a mi. Yo aún estoy consciente, pero perdiendo fuerzas por la herida de mi cuello. Me raja un poco más y empieza a cortarme la cara mientras sigo con vida.

Sigo intentando respirar, mi cuerpo vomita el contenido de mi estómago.

Veo como otro hombre se acerca a mi en mis últimos momentos de vida. Ilusamente pienso que me va a ayudar, a acabar con esta agonía, pero el hombre me gira y corta mis bracitos. Yo sólo puedo desear morir cuanto antes.

Por fin mi corazón ya no tiene más sangre que bombear. Toda está en el suelo. Se para y le doy las gracias. Ya no tengo que sufrir más.

Pero morí con una pregunta en mi cabeza: ¿por qué tuve que nacer si nadie me quería?

Este es el diario de un ternero, un bebé destinado a consumo humano. Como él hay millones más, y no sólo terneros, sino sus madres, cerdos, pollos, conejos, peces...
Ayuda a abrir conciencia y así poder acabar con el problema de los millones de animales asesinados diariamente sólo para disfrute humano.
Para más información pincha aquí.

Todo este horror tiene una solución: HAZTE VEGETARIANO!!!

Los animales te lo agradecerán y tu Corazón estará tranquilo!!!!

Ellos también sufren.

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